¿Distopía? Justa, pero no poética
Los creadores de contenido que exponen a sus hijos en sus redes sociales sin pensar en las consecuencias que puede tener esto para ellos están por todas partes
Nos encontramos en el año 2045 y Martín y Vega Castellano, Matilda Zamalloa, Gala y Gia Colloricchio, Chloe Vargas, y muchos más han fundado una ‘Plataforma de afectados por la exposición en redes sociales’.
Los niños que nacieron en el seno de una familia de influencers y ya son mayores de edad han montado este tinglado para protestar contra sus padres y los gobiernos que permitieron que se les expusiera tan libremente. Sobre ellos quienes seguimos el contenido de sus padres lo sabemos todo, desde si se han roto un brazo hasta las veces que han llorado por no querer quedarse solos en el colegio y eso ha tenido consecuencias para ellos, sobre todo, durante su adolescencia.
Sin quererlo ni buscarlo, no pueden salir libremente con sus amigos a la discoteca de moda o al concierto de su artista favorito. Integrarse en el instituto tampoco les ha resultado sencillo porque sus compañeros se burlan del contenido que sus padres, ya con casi 50 años, siguen subiendo a internet.
Esto no ha ocurrido, por supuesto que no, no nos encontramos en 2045, pero podría pasar. Puede que el día de mañana Martín Castellano quiera ser una persona anónima, vivir alejado del contenido que su madre crea en redes sociales y nunca podrá ser ya anónimo del todo porque su familia ha grabado (hasta ahora) cuatro temporadas de una docuserie llamada ‘Pombo’ en la que lo hemos visto jugando con su abuelo o disfrutar de sus vacaciones. Y eso, aunque sus padres decidan dejar de sacarlo en sus historias, seguirá estando ahí. Aunque borren sus cuentas en redes sociales, las fotos y vídeos del niño rubio, monísimo, de pelo rizado seguirán en internet.
Lucía Losada, creadora de contenido (mucho menos conocida que las madres y padres de los niños que nombro en el primer párrafo) ha decidido dejar de mostrar las caras de sus hijos en redes sociales porque “un día estaban mis hijos en el parque con mi madre y llevaban yendo a ese parque ya unos días, estábamos en pleno verano era el mes de agosto, e iban siempre a ese parque a la misma hora (…) y había unas niñas que aparentemente iban todos los días a esa hora, que pobres no tendrían ninguna mala intención, tenían 17 o 18 años, pero debían saber quiénes eran mis hijos (…) y les cuidaban, jugaban con ellos y de vez en cuando se hacían alguna foto. Entonces ya cuando mi madre detectó ese momento cámara me lo comentó, y entonces efectivamente al día siguiente fui yo (…). ¿Por qué mis hijos tienen que estar en el carrete de fotos de unas niñas que no conozco de nada?”.
El jefe de Economía de la Cadena Ser, Javier Ruiz, habla en un capítulo del pódcast ‘Saldremos Mejores’ de que para acabar con los magnates tecnológicos lo que podemos hacer como usuarios de redes sociales es no vender nuestras vidas, no compartir cada cosa que hacemos en ellas y esto es justo lo contrario a lo que hacen creadoras como Violeta Mangriñán o Marta Pombo. Si ellas no ponen límites, ¿sus hijas sabrán dónde está esta barrera? ¿Existe realmente esta barrera para unas madres que comparten hasta sus partos?
Exponer a los menores en redes sociales es peligroso, lo es más si tienes miles de seguidores, pero también si eres una persona anónima y subes vídeos de tus hijos recurrentemente, ¿con qué objetivo? ¿Estás tratando de sacar un rédito económico de ellos? ¿Buscas casito? Pues por el exceso de casito que buscaban los padres de Mateo cuando decidieron exprimir la frase del niño todo lo que han podido y más el niño ha aparecido con un alto nivel de estrés y tics nerviosos en uno de los vídeos.
¿Georgina Rodríguez se ha dado cuenta de que exponer a sus hijos en redes sociales no está bien?
Después de compartir las fotografías de sus vacaciones de Navidad en familia en Laponia (imágenes en las que por supuesto aparecían las cara de los menores), la “mamá de 6 bendiciones” ha compartido una historia de Instagram en la que oculta la cara de tres de ellas tras emoticonos de corazones.
Para saber si Gio ha decidido realmente dejar de mostrar las caras de sus hijas en redes sociales o no habrá que esperar. Pablo Castellano también tapó la cara de Martín en varias fotografías y a las semanas volvimos a verlos en su ‘feed’ de Instagram, también en la docuserie familiar.
Dulceida no es tampoco una excepción. Es cierto que desde que es madre ha mantenido en secreto bastante bien la imagen de su hija Aria, pero por Navidad decidieron, ella y Alba Paul, “hacer un regalo” a sus seguidores y compartir con ellos la cara de su primogénita.
Quien sí que ha minimizado mucho la exposición de Roma en sus redes sociales es Laura Escanes. Y con “minimizar la exposición” no me refiero solamente a no enseñar su cara, sino también a no contar cada cosa que hace. Y es que, por mucho que no muestres si tu retoño tiene los ojos azules o marrones, si estás compartiendo cada cosa que le ocurre en su vida lo expones igualmente.
Entiendo que debe ser complicado para una persona que comparte hasta su ritmo medio corriendo en Instagram cada vez que sale a correr no anunciar que su hijo ha hecho una excelente actuación navideña con sus compañeros de colegio; pero quizá si consigues que sea una persona 0 interesante para tus seguidores, una trama inexistente, estos estén más seguros en el futuro y en el presente.
Lo de Anabel Pantoja
Anabel Pantoja fue madre el 23 de noviembre de una niña llamada Alma. Ese mismo día, ella compartió en Instagram un post anunciando que su hija ya había salido de su vientre, que había podido abrazarla por primera vez.
Dos meses después de que esto ocurriera, la sobrina de la cantante está viviendo una de las situaciones más horribles que puede vivir una madre: la hospitalización de su pequeña.
Como consecuencia de ello, las redes sociales y revistas se han llenado de especulaciones sobre el estado de salud de Alma, ¿es esto ético? Artículo 14 publicó un artículo que titula: ‘Anabel Pantoja: medio país enganchado a la vida de su hija’, ¿es esto ético?
El País ha decidido “no informar, de momento, sobre la desgracia de la bebé de mes y medio de la sobrina de Isabel Pantoja. Pero no hablar de ello no significa que no esté sucediendo”. Luz Sánchez Mellado escribía una columna (‘Alma en pena’) en este medio sobre el tema en la que la periodista reconoce que, aun estando en contra de que los medios de comunicación se nutran de una tragedia como la que está viviendo la familia Pantoja, ella misma buscó en las redes sociales el estado de salud del bebé. Inevitablemente estamos enganchados a las vidas de personas que no conocemos, magnates tecnológicos como Elon Musk o Mark Zuckerberg lo han conseguido y ahora, si María Pombo dejase de enseñarnos a Martín o Violeta a Gala los echaríamos de menos.
Es más, puede que incluso ellas pierdan seguidores, ellas mismas se han metido en una rueda de la que es muy complicado salir. Nosotros estamos en esa misma rueda. Como decía en el pódcast que he nombrado antes Javier Ruiz, somos cómplices de que estos magnates sean las personas más ricas del mundo. Nos pasamos horas y horas mirando las vidas de otras personas a través de nuestros teléfonos móviles y nos encanta ver cómo los hijos de estos influencers crecen.
Quítale a una fan de las Pombo las fotos de Martín o los vídeos de Vega, se enfadará. Somos monstruos que necesitan alimentarse de las vidas aparentemente perfectas de otros para sobrellevar las nuestras. Vivir las nuestras en ocasiones es demasiado duro como para no aislarnos viendo cómo otros consiguen crear una familia en casas donde una familia cabe y no hay que hacer cuentas para llegar a final de mes.
Somos monstruos porque nos interesan las vidas de niños que no conocemos hasta el punto de ser capaces de perseguirlos por la calle para fotografiarlos. Deshumanizamos a los demás siendo monstruos nosotros.
Y como todos somos monstruos horribles y tus hijos van a vivir en esta sociedad de monstruos, no los expongas. O al menos eso opino yo, que mejor no hacerlo, que no cuesta tanto. Pero vaya, es mi opinión, como todo lo que leerás en este espacio.
Y “las opiniones son como los culos, todos tenemos uno”.
Descubrimientos que no lo son tanto:
Digo que no lo son tanto porque los había más que descubierto en el pasado, pero a veces se olvidan:
Ir con tu amiga al cine y luego quedarte con ella para comentar la película.
Ir al teatro (siempre con amigas que es mejor).
Saldremos Mejores.
María Fernanda Ampuero.
Me quedo muerto con lo de Dulceida. Sube la foto de tu hija si quieres, ¿pero qué es eso de regalarle a tus seguidores una foto de su cara? Cada día me sorprende más esta gente.